Santander a 3 de octubre de 2021.- El final del verano enciende la luz roja en la economía cántabra. Y no es que en nuestra región eleve el número de parados en septiembre, algo que viene siendo habitual al apostar por el turismo como motor económico. No es el qué sino el cómo. Durante el último año de pandemia el diferencial de recuperación con la media nacional se ha disparado a 11 puntos (un 13,7% nacional frente a un 2,76% regional) y durante el último mes está diferencia ha sido de 4 puntos. La mayor parte de las regiones crea empleo, nosotros lo destruimos. Nuestro empleo viaja en el vagón de cola tanto en comparativa mensual como anual y sólo lo maquilla el aumento de empleo público.

La indolencia de un Gobierno  regional, incapaz de parar la deriva económica y social, resulta muy preocupante. La ausencia de políticas de cambios estructurales de los últimos años junto con el conformismo de un Ejecutivo descoordinado y sin líder ejerciente hace muy difícil pensar en una recuperación. El diálogo social callado y subvencionado es otro ejemplo y  fracaso.

Para USO se necesita  un cambio y  éste debe comenzar con abrir una crisis de Gobierno que traiga nuevas caras, nuevas ideas y proyectos en el último tramo de la legislatura.

 

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