- El IPC en Cantabria se dispara al 4,5 por ciento, medio punto más que en España
- Los precios prohibitivos de luz y combustibles se comen los salarios y ponen en riesgo la actividad
Santander, 14 de octubre de 2021.- El IPC de septiembre se ha elevado un 4,5 por ciento, medio punto más que la media del Estado que quedó en un 4 por ciento. Cantabria se sitúa en los puestos de cabeza de las regiones más inflacionarias durante el último año, concretamente la cuarta. Este nuevo revés, junto con la evolución del mercado laboral y registro de parados durante el mismo periodo, coloca a Cantabria como una de las regiones con peor evolución económica y social, arrastrándola al fondo del saco entre las comunidades autónomas.
La subida de los precios de la luz y de los combustibles acorrala a miles de familias y, por primera vez, se ha confirmado el riesgo real de un parón de la economía por no poder afrontar el coste de la energía. El invierno está a la vuelta de la esquina y miles de familias ya no pueden asumir facturas de entretiempo.
Por otro lado, la vivienda ha sufrido un repunte en sus precios en nuestra región y ello complica, junto con la pobre oferta de empleo estable, aún más el acceso de los jóvenes a la vivienda. Una situación que actúa como un pasaporte para convertir a nuestra juventud como masa migrante como en el siglo pasado.
La Federación de Industria de USO ha registrado un documento ante el Ministerio de Transición Ecológica en el que se exhortaba a Teresa Rivera a tomar medidas urgentes para frenar la subida de la factura eléctrica por riesgo de paradas productivas. En ese sentido, ya son varias empresas radicadas en Cantabria las que han anunciado paros de producción, como son Sidenor y Ferroatlántica. Una situación extrema que está asfixiando a miles de autónomos y pequeñas empresas.
USO incide en que una subida de tal magnitud en los precios obliga a subidas salariales en consonancia. El SMI ha subido un 0,53% este año, para las pensiones mínimas anuncian un 3% y para el personal público, un 2%. Ni siquiera las mensualidades cuya subida depende de la Administración van a mantener su poder adquisitivo.