El SEPE reconoce 32.028 parados cuando la cifra real puede ascender a 42.000
Cantabria viaja en el vagón de cola de la creación de empleo en España. Es la conclusión que arroja los adulterados datos que ofrece el SEPE de la ministra Yolanda Díaz. Según este organismo, Cantabria suma 326 parados en el último mes pero la Seguridad Social reduce sus afiliados en 1.227, casi 4 veces más que el incremento de parados reconocidos. Y es que el singular conteo de parados de la señora Díaz deja al SEPE exclusivamente para analizar tendencias y no un registro formal de desempleados.
Según el Servicio Público de Empleo, Cantabria tiene actualmente 32.028 parados registrados reconocidos pero hay 37.544 demandantes de empleo anotados en el SEPE que están sin empleo. Un total de 5.516 personas no consideradas paradas por estar realizando formación o solicitar un empleo con un horario concreto. Esto hace que Cantabria tenga un 12 por ciento de paro reconocido y realmente la cifra ascienda al 14,1 por ciento. La primera capa de maquillaje baja 2 puntos el paro. A ello hay que sumar los parados que tienen un contrato de temporada, los llamados fijos discontinuos, que también son eliminados del registro del SEPE. Desde que entró en vigor el RD de medidas urgentes para la reforma laboral de Yolanda Díaz, el 1 de enero de 2022, los trabajadores fijos discontinuos se han incrementado en 4.330, si estos fueran computados como parados en los tiempos de inactividad, la cifra real de parados podría incrementarse hasta el 15,7 por ciento en los meses de baja actividad estacional como es noviembre. La segunda capa, por tanto, resta 1,7 puntos de paro. El maquillaje oculta una cifra de parados reales cercana a 42.000 parados en Cantabria, un 31 por ciento más elevada que la reconocida por el SEPE.
El análisis de la tendencia es muy preocupante para Cantabria. Clara desaceleración en unos momentos en que pintan bastos en los indicadores económicos. La falta de tirón de la industria, los efectos inflacionistas en general y en la construcción en particular, nos deja de nuevo esperando a que sea el sector ligado al turismo quien alivie la situación. Es lo que hay mientras no se lleve a cabo reformas profundas en nuestros sistema productivo.