• Sólo Extremadura, Murcia y Andalucía superan a nuestra región en temporalidad
  • En los últimos 10 años ha pasado de estar en los puestos de cabeza del empleo estable a colocarse en el vagón de cola
  • La región mantiene a 44.000 trabajadores con contrato temporal

Santander, 26 de octubre de 2020.- El invierno covid va a pillar a Cantabria con las defensas muy bajas. Al menos en el aspecto económico. Afrontará  el momento más delicado de su historia desde que es región con una estructura de su mercado laboral caminando por la cuerda floja y sin red. La altísima temporalidad de su mercado laboral deja a más de 44.000 trabajadores cántabros expuestos a perder su empleo.

Cantabria se ha situado en los últimos años entre las cinco regiones españolas con más altas cotas de temporalidad, solo superada por Extremadura, Andalucía, Murcia e igualando con Canarias. Uno de cada cuatro cántabros asalariado mantiene un empleo sujeto a la temporalidad. La tasa de contratación temporal media nacional en el 2º trimestre y coincidiendo con el final de la primera ola de la pandemia era de 24,7 por ciento, en ese periodo Cantabria llegaba al 25 por ciento.

La evolución de la tasa de temporalidad durante los últimos 10 años – un periodo de análisis que permite sacar conclusiones – es especialmente negativo para nuestra región. En el año 2010 Cantabria ostentaba la quinta mejor posición en cuanto a empleo estable de las comunidades autónomas de España, con una tasa del 21,6 por ciento. En el periodo transcurrido  ha descendido al puesto décimo tercero.

Durante el mismo periodo la tasa de temporalidad media del Estado ha ido en sentido contrario a Cantabria, es decir, ha mejorado. La temporalidad se redujo en 2,3 puntos descendiendo del 24,7 al actual 22,4 por ciento.

Por sexos, el reparto de tan penosa carga no es igualitario. La evolución de la contratación en el sexo masculino durante los últimos años ha sido especialmente adversa en Cantabria. La temporalidad de los hombres ha crecido 6,2 puntos, pasando del 20,9 por ciento en 2010 al 27,3 por ciento actual. La temporalidad en la contratación masculina en Cantabria ocupa la cuarta peor posición en el ranking nacional. En cambio la tasa de temporalidad femenina se mueve en cifras menores. Actualmente la contratación femenina en Cantabria mantiene una tasa de temporalidad del 22,3 por ciento, ocupando la sexta posición, en este caso con menor temporalidad en el contexto nacional.

Un dato que invita a la reflexión es que en el año 2012, unos de  los momentos más álgidos de la pasada crisis económica, Cantabria tenía un 18,2 por ciento de contratación temporal. En sentido opuesto,  la tasa de temporalidad en los instantes previos a la crisis del covid, último trimestre de 2019, la tasa tocó techo en nuestra región con un 27,4 por ciento. La recuperación económica se basó en Cantabria en  generar empleo inestable y muy vulnerable a los vientos de nuevas crisis. Y lo que tenemos por delante no son precisamente brisas marinas.

Poniendo la lupa de la calidad del empleo en las Administraciones Públicas, sector históricamente paradigma de la estabilidad, los resultados vienen siendo sorprendentemente negativos y con tendencia a empeorar. Actualmente nuestra región mantiene una tasa de eventualidad en la contratación de las diferentes administraciones  locales, regionales y estatales del 36,5 por ciento, una de la más alta del Estado, solo superada por la vecina región vasca. En el año 2010 la tasa de trabajadores con contrato temporal era del 21 por ciento del total de empleados públicos y Cantabria  se situaba entre las regiones con menos temporalidad en el sector público. En este periodo ha pasado a colocarse entre las regiones con mayor tasa de contratación temporal.

 

Para USO, estos datos son demoledores y dramáticos si las previsiones sobre la presión de la pandemia en los sectores productivos para este próximo invierno se cumplen. Cantabria puede padecer una debacle económica con un impacto en el empleo mucho más duro que la mayor parte de comunidades autónomas españolas. La ausencia de medidas de carácter estructural en sectores estratégicos y  la apuesta continuada y contumaz por el sector económico ligado al turismo, en una región de nuestras características, nos hace estar en primera línea de fuego con muy escasas defensas y por tanto con unas expectativas a corto plazo muy inquietantes. (Fuente INE)

 

Gabinete de Estudios Sindicales USO Cantabria

 

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