Las calles de Torrelavega fueron, una vez más, el escenario de una manifestación que tuvo a la industria en su objetivo y que pretendió su defensa. Sobre 1.500 personas, que desafiaron al frió y la lluvia insistente, marcharon desde la Plaza Mayor hasta la Plaza del Ayuntamiento de la ciudad.

El sindicato USO tuvo una presencia importante, tanto en número de miembros asistentes como en la escenografía de reivindicación ante el desastre que supone la aplicación de las políticas energéticas en el sector industrial.

La manifestación contó con políticos de todo el arco parlamentario, incluso el presidente del Gobierno cántabro acompañó a los trabajadores de las diferentes empresas  en crisis que se acercaron a Torrelavega

La organización de la manifestación, dos de los tres sindicatos mayoritarios en Cantabria, no consideró dirigir sus reivindicaciones hacia ningún estamento político, ni administración pública, a pesar de que el denominador común de la crisis que amenaza el sector industrial de Cantabria es el cambio de la política energética que supone un severo  encarecimiento de la factura de energía que hace  inviable el futuro  para muchas de las mismas.

Por tanto, una manifestación que carecía de objetivos claros y que hacía prácticamente inútil el esfuerzo de los sufridos manifestantes que soportaron la inclemencia del tiempo durante todo el recorrido.

No obstante, una manifestación pensada para cubrir el expediente por parte de la sus organizadores, tuvo una presencia reivindicativa, con un fuerte despliegue de mensajes escritos y eslóganes reivindicativos, por parte de USO. El sindicato acudió con las ideas claras. Si el Gobierno central continúa con su actual política de abandonar a su suerte al sector electrodependiente significará el cierre de grandes empresas en Cantabria y miles de puestos de trabajo. La manifestación, por tanto, era un acto de protesta contra esas políticas, y como coreaba los manifestantes de USO “esta crisis tiene culpables”.

Especialmente frustrantes fueron las intervenciones finales de los representantes de los organizadores. Hubo especial cuidado de no pisar “ningún callo” político y en sus discursos  intentaron desviar la atención proponiendo a la reforma laboral como culpable de la actual situación. Un discurso sindical con olor a naftalina tan desviado de la realidad como ineficaz para superar los graves retos a los que se enfrentan miles de trabajadores cántabros.

Desde USO, agradecer a los cientos de ciudadanos que se sumaron y se situaron tras nuestra pancarta y que sí tuvieron claro el motivo por el cual salían a la calle, aguantando la lluvia y el frío, a manifestarse.

 

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