Santander, 5 de marzo de 2020.- Las mujeres cántabras, al igual que la del resto de España, sufren la brecha salarial de género en todos los sectores productivos, incluso en aquellos tradicionalmente feminizados, donde trabajan más mujeres que hombres: ellas están en los puestos más bajos. Son conclusiones del estudio “Análisis de la brecha salarial de género por sectores productivos”, elaborado por las secretarías de Formación Sindical e Igualdad, y de Comunicación y Estudios Sindicales de USO, con datos de la Agencia Tributaria del ejercicio 2018 y clasificados según los sectores productivos de la CNAE.

En dicho estudio se revelan datos muy preocupantes para la mujer cántabra. En varios sectores económicos nuestra región lidera la brecha salarial entre sexos de España. Un caso paradigmático es el sector industrial. El salario medio de una cántabra es de 20.066 euros y si se trata de un varón el mismo se eleva a 28.098 euros, es decir, una mujer en la industria gana un 28,5% menos que un hombre. Ninguna región española mantiene una brecha salarial de esa magnitud.

Si analizamos otro sector relevante como es la construcción y actividades inmobiliarias, la brecha salarial femenina de nuestra región la sitúa a la cabeza de las comunidades españolas con un diferencial del 16,7%. Una mujer cántabra cobra de media 16.499 euros y un hombre 19.823 euros. Solo la Rioja y Aragón mantiene cifras similares.

En sectores tan amplios como comercio, reparaciones o transportes, la mujer cántabra mantiene una diferencia salarial media del 32%, pero aun siendo especialmente elevada, nuestra región se sitúa en la mitad de la tabla dentro del contexto del Estado español.

En un sector muy masculinizado como es el de las Tecnologías de la Información Comunicación (TIC) y con gran proyección de futuro, la mujer cántabra ocupa 1 de cada 3 empleos del sector regional, y mantiene también un fuerte diferencial salarial con los varones. El salario medio de ellos es de 27.095 euros por 20.897 euros de ellas. Un 22% de brecha salarial. Algo que debe mover a la reflexión dado el carácter de futuro y de innovación del sector.

Otro sector que presenta cifras muy reveladoras es el de entidades financieras y aseguradoras en Cantabria. La presencia de la mujer supera a la del hombre pero en cambio la diferencia salarial media es de -11.113 euros. Mientras un hombre ingresa como salario medio 41.430 euros, la mujer lo hace por 30.317 euros, un 26,8% menos.

En el sector de servicios a las empresas, la realidad se muestra dura para las aspiraciones de la mujer. Mientras el empleo en el sector se reparte al 50% entre los dos sexos, la mujer gana 12.568 euros frente a los 18.282 euros, un 30,9% de brecha salarial.

Pero si analizamos en sectores con una presencia de la mujer masiva, como es el de servicios sociales, sanidad, estado del bienestar, etc., la diferencia se mantiene como en sectores más masculinizados. Una mujer de este sector cobra de media 22.656 euros y los varones 26.910 euros, es decir, la brecha salarial se eleva a 8,1% en detrimento de la mujer.

Por último, otro sector muy feminizado como es el de la hostelería, también se reproducen las mismas diferencias. Una mujer cántabra tiene como salario medio 9.155 euros  mientras un varón suma 12.459 euros, un 26% de brecha entre sexos y siempre en detrimento de la mujer.

Para USO Cantabria, este estudio revela que  es necesario un cambio en la educación desde edades tempranas, con mecanismos en las escuelas que despierten las habilidades e inquietudes científicas y tecnológicas de las mujeres, para que se abran hacia los sectores masculinizados. Pero para las mujeres que ya sufren esa brecha digital, es imprescindible implementar la formación para el empleo: que se oriente a colectivos vulnerables, como las paradas de larga duración, y que sea gestionado directamente por las Administraciones Públicas.

Por otro lado, USO considera que no vale con publicar leyes si luego no se aplican. Es imprescindible que se implante el sistema de auditorías salariales que contemplaba la Ley de Igualdad de marzo del año pasado, porque no existe un modelo ni un plan de seguimiento. Y que se ponga en marcha con carácter urgente el registro de planes de igualdad, pues ni siquiera las empresas obligadas a tenerlo en vigor desde 2007 lo están cumpliendo.

 

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