La temporalidad que enmascara los fijos discontinuos deja a nuestra región en los puestos de cola del recorte del paro anual

La  temprana Semana Santa ha bendecido un año más el empleo en Cantabria y aunque el sistema de conteo de parados tras la última reforma  laboral deja un impacto de 728 desempleados menos en el mes de marzo la realidad es que casi 4.000 personas han vuelto a madrugar y fichar.

La disparidad de cifras aportadas por la Seguridad Social, donde 3.916 nuevos cotizantes medios en el mes de marzo contrastan con el recorte de 728 parados registrados por el SEPE, deja evidencia que los contratos fijos discontinuos son legión y que estos se encuentran fuera del control del SEPE.

La Semana Santa deja a nuestra región entre las comunidades con más recorte de desempleo, algo lógico en una región que se juega sus cartas al turismo, aunque éste sea estacional. Otra cosa es el balance anual del paro registrado. Cantabria viaja en los vagones de cola, concretamente el puesto 12 del total. Este dato refleja que el empleo que genera nuestra Comunidad es más ligado a la temporalidad que otras regiones y que se enmascara con contratos fijos discontinuos. Más de 7.000 cántabros son poseedores de un contrato temporal con ribetes de fijeza y en estos periodos punta de turismo se convierten en silenciosos protagonistas. Solo hay que observar los datos que aporta el propio SEPE donde certifican que Cantabria tiene 32.026 parados registrados pero los demandantes no ocupados suman 5.932 más y todo ello sin contar los …… fijos discontinuos. Fuera de los periodos vacacionales los cántabros con deseo de trabajar y que no tienen posibilidad sobrepasan los 40.000, un 25% paro más  que el reconocido.

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