El primer mes del año dispara los fijos discontinuos un 10,2%
Santander a 2 de febrero de 2024.- Cantabria inicia el año con un mal dato de empleo y vuelve a situarse entre las regiones con peor comportamiento en la creación de puestos de trabajo. Es lo que se desprende de los datos aportados por el SEPE que, aunque muy cocinados, dejan evidencias del parón económico de la región fuera de las los periodos vacacionales.
Según el SEPE, el número de parados registrado en enero asciende a 32.426 con un aumento del 2,8% mensual, pero si se considera un parado aquel en búsqueda activa de empleo y que carece del mismo, la cifra aumenta a 38.426, más del 17%. Y todo ello sin contar los fijos discontinuos que la ministra Yolanda Díaz continua negando el desglose para conocer quiénes de los 7.700 titulares de este tipo de contrato, y que se sitúan fuera del radar del conteo de parados, está en este momento sin empleo. Es evidente que este sencillo dato es ocultado para dar lustre a unas cifras que están muy lejos de reflejar la realidad del mercado laboral de español, cántabro en nuestro caso.
Con toda seguridad el paro efectivo en Cantabria supera con creces las 40.000 personas. Resulta muy revelador que durante el mes de enero el número de fijos discontinuos aumentó intensamente en Cantabria con un 10,2%, el mismo mes que en términos desestacionalizados cayó la contratación indefinida en un -4.47%. Durante el último año la cifra de fijos discontinuos no ha dejado de aumentar y se han registrado 1.681 nuevas personas, un 27,9% más.
El análisis de los datos del SEPE evidencia que el empleo que se genera en Cantabria es escaso, temporal y de muy baja calidad.
Solo reconociendo la mala situación del mercado laboral se pueden articular medidas para combatir los problemas que lo aquejan. Haría mal el actual Gobierno regional de Buruaga en creerse las cifras tramposas aportadas por la Administración de Pedro Sánchez si éstas le vienen bien desde el punto de vista de marketing político. No hay peor enfermo que aquel que se niega a reconoce sus males.