La empresa se encuentra en el peligroso tiempo de descuento y por tanto es imperativo que el Gobierno de Cantabria asuma como una prioridad la viabilidad de la fábrica

 Santander a 24 de abril de 2020. La reunión celebrada entre representantes de las administraciones central y autonómica y empresa es un primer paso para despejar el horizonte del nivel de ayudas y marco regulatorio, aunque fuera un ejercicio de buenas palabras, pero también sirvió para despejar algunas dudas que tanto Solvay como miembros del Gobierno de Cantabria parecían tener: el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) enviado a Bruselas, en cuanto a las alegaciones presentadas por Solvay, es definitivo. La cogeneración de carbón finaliza de manera definitiva en diciembre de 2.024 como fecha tope. No se contempla plan “renove” para la cogeneración de gas (Solvay II) ni alargamiento de vida útil, lo que obligará a su parada en junio de 2.023.

Despejadas las alegaciones al PNIEC, ahora el reto está en llegar a tiempo con la transición energética como viene demandando insistentemente el sindicato USO. La Administración central y la autonómica deber ser muy diligentes en despejar y concretar las ayudas y el marco normativo para que el COMEX (Comité Ejecutivo de Solvay en Bruselas) acuerde realizar las inversiones necesarias en la planta de Torrelavega que permita seguir siendo una planta competitiva en la producción de carbonato y bicarbonato,  y por tanto sea viable.

Para el sindicato USO, Solvay Torrelavega se encuentra en el peligroso tiempo de descuento y por tanto es imperativo  que el Gobierno de Cantabria asuma como una prioridad la viabilidad y continuidad de la planta cántabra de Solvay; con una gestión directa ante el Comex en Bruselas para consolidar la Planta de Carbonato, reforzándola con el desarrollo de nuevas líneas de fabricación de nuevos productos de alto valor añadido, donde Cantabria y el Grupo Solvay tienen además de peso específico, tecnología y personal cualificado, como es el sector de componentes de automoción y la futura movilidad eléctrica.

El complejo industrial de Solvay-Torrelavega debe seguir siendo cabeza tractora de la economía industrial y generador de empleo de calidad en la comarca Saja-Besaya, como lo ha venido siendo durante el último siglo, y más ahora para mitigar el nivel de desempleo dramático que se avecina.

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