El empleo que produce Cantabria es escaso, temporal y con un fuerte perfil masculino.

Santander, a 4 de  junio de 2019.- La ausencia de sobresaltos económicos junto con la carencia de estímulos reales deja un mapa del empleo marcado por el calendario. Mayo, como es de costumbre, es el mes fuerte de contratación en los ayuntamientos con las iniciativas singulares de empleo. Es decir, se adelgaza  durante unos meses el registro de cientos parados. Junto a esto, se inicia la contratación, aún débil, de la temporada estival. Todo ello hace que se dispare la contratación temporal  que roza el 95% en el mes pasado.

El empleo femenino sigue siendo el gran perdedor en nuestra región. Durante el último mes el reparto del nuevo empleo el hombre se quedó con el doble que la mujer; durante el último año el hombre consiguió cuatro veces. Esta diferencia, que va en aumento, lastra cualquier avance social de la mujer. Parece que definitivamente, Cantabria no es región para ser mujer y ser trabajadora.

 En los  meses pasados aumentó la obra pública por el calendario electoral  y con ello el empleo. Es más que probable que, una vez concluida las elecciones,  la ausencia de grandes proyectos de infraestructura en nuestra región y la situación de debilidad de nuestras empresas que las impide crear empleo, ralentice la creación de empleo y este se estanque sobre los 35.000 una vez descontado la estacionalidad

Por tanto, el empleo que produce Cantabria es escaso, temporal y con un fuerte perfil masculino. Esta radiografía debe orientar las políticas del nuevo gobierno salido de las urnas y limitar la autocomplacencia que los vientos de cola han producido.

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