Los salarios crecieron de media en 2015 un 0,7%, una décima menos que en 2014. Por tanto, en el segundo año consecutivo en el que los salarios han experimentado un pequeño crecimiento -recordemos que de 2011 a 2013 los salarios descendieron el 1,5%, el 1,6% y el 0,3%-, este incremento se ralentizó en 2015. Teniendo en cuenta que el PIB creció un 3,4% más que en 2014, desde USO denunciamos que el crecimiento de nuestra economía no está revirtiendo en los trabajadores y trabajadoras ni en sus salarios.
Según los datos del Índice de Precios del Trabajo, publicados por el Instituto Nacional de Estadística, los mayores aumentos se dieron en Educación (6,2%), Actividades inmobiliarias y Administración Pública y Defensa y Seguridad Social Obligatoria, un 3,2% en cada una de ellas. Los mayores descensos fueron en Hostelería (-5,7), Industrias extractivas (-2,6%) y otros Servicios (-1,2%).
En cuanto al tipo de contratos, los salarios de trabajadores con contratos temporales subieron un 1,4% frente al 0,5% que se incrementaron los trabajadores indefinidos. En este mismo sentido, teniendo en cuenta la antigüedad en la empresa, los salarios de los empleados con menos de un año de antigüedad bajaron un 5,9%. Los nuevos empleados tienen salarios más bajos.
Según el tamaño del centro de trabajo, el mayor incremento tuvo lugar en los centros de 50 a 199 trabajadores (1,1%), mientras que en los centros más pequeños se incrementaron los sueldos en un 0,2% y en los de 200 o más trabajadores, un 0,8%.
Por sexo, la tasa de variación anual fue del 0,4% para los hombres y del 1% para las mujeres. Los empleados menores de 25 años percibieron salarios que descendieron un 0,3%. En el resto de franjas de edad, se experimentaron subidas desde el 0,5% en el grupo de 55 y más años; del 0,9% en los trabajadores con edades comprendidas entre los 45 y 54 años, y del 1% en la franja de edad de 35 a 44 años. Los salarios de empleados de 25 a 34 años no experimentaron ninguna subida.
La Ministra de Empleo, Fátima Báñez, afirmó en una comparecencia en enero de 2015 que 2014 había sido el año de la recuperación del empleo en España y que esperaba que 2015 fuera el de la recuperación y el del impulso definitivo al empleo de calidad. De nuevo la realidad y el resultado de sus propias políticas le quitan la razón y, a pesar del afán propagandístico del gobierno, los datos certifican que el empleo que se crea es empleo basura, precario, inestable y con salarios más bajos.
Esta creación de empleo de usar y tirar junto con la devaluación salarial crónica que llevamos sufriendo en los últimos años han generado aún más desigualdad entre los trabajadores, ya que los nuevos empleados, los más jóvenes y los trabajadores de PYMES tienen salarios más bajos. Esta situación solo genera más pobreza y desigualdad.