Santander a 6 de mayo de 2025.- A Cantabria le sienta bien el capirote y sacar a sus santos en procesión, también en términos de empleo. Nuestra región bate el record de menor cifra de paro registrado en décadas con 28.766 inscritos, aunque esa cifra, como todo lo que maneja el SEPE, tiene una dosis importante de edulcorante.
Una prueba de los desequilibrios que presenta el instituto público es que la bajada mensual de paro registrado es de 895 personas mientras en el mismo periodo se han inscrito un total de 3.113 nuevos cotizantes. Estas cifras dispares no pueden disimular la entrada en el mercado laboral del batallón de fijos discontinuos que actualmente suman en nuestra región un total de 5.342 afiliados a esta modalidad de temporalidad teñida de fijeza. Con la llegada de la Semana Santa, estos contratos inactivos durmientes y ocultos a los ojos del SEPE entran en escena y ocupan una buena parte de las nuevas contrataciones.
La comparativa anual de las cifras que nos deja el SEPE puede tener alguna distorsión añadida ya que en 2024 la Semana Santa se celebró en el mes de marzo. El impacto de la hostelería es lógicamente importante en el pasado mes. Ese sector se llevó 1 de cada 2 afiliados nuevo a la Seguridad Social. El viento a favor también tuvo su efecto en todos los sectores importantes, como la construcción y comercio que vieron incrementados también, aunque modestamente, sus cifras de nuevos empleados. Otro factor a tener en cuenta es que la industria también registró una moderada subida de cotizantes, y con la que está cayendo es sin duda una buena noticia.
La valoración de USO no puede ser negativa cuando se registra subida neta de empleo pero, no hay que engañarse. Cantabria crea empleo de muy bajo valor añadido y ese no es el camino. Las fuertes tensiones en sectores básicos como es el mercado inmobiliario hacen inviable que miles de trabajadores puedan acceder a recursos básicos. Creamos empleo pero también creamos un nuevo tipo de pobreza.