La brecha salarial regional entre hombres y mujeres es una de las más altas del país

El 26,6% de todo el empleo femenino en Cantabria corresponde a tiempo parcial

Santander, a 14 de mayo de 2019.- La brecha de género en Cantabria lejos de reducirse se acrecienta y se asemeja ya a los conocidos argayos. El empleo femenino, tanto en calidad como en cantidad, se arroja pendiente abajo. Las mujeres cántabras se sitúan a la cola de la nación en aquellos parámetros que evalúan la calidad del trabajo y el nivel de vida que se desprende de ese derecho constitucional.

El empleo femenino con contrato temporal en nuestra región es, con diferencia, el peor pagado de las  17 autonomías. Una mujer cántabra,  sin contrato indefinido,  cobra de medía 9,97 euros por hora trabajada, un 15% menos que la media nacional y un 63% menos que sus vecinas en el País Vasco.

Con relación al trabajo a tiempo parcial, muy asociado a la temporalidad, el 26% de todo el empleo femenino en la región corresponde a ese tipo de contrato, 2 puntos por encima de la media nacional que está fijada en el 24,4%. En sentido contrario, tan solo el 4,9% de los hombres tienen una jornada parcial, 2 puntos por debajo de la media estatal que es del 7%.

A su vez la brecha salarial entre empleo masculino y femenino es en Cantabria uno de las más altas del país, solo superada por el Principado de Asturias. Una mujer cobra de media en Cantabria un 16% menos que un hombre. El valor hora de la mujer es de 12,90 euros y el de los hombres en 15,27 euros. La brecha salarial en el conjunto del país es del 13,4%.

Estos son algunos de los datos que se extraen del informe “Situación de las mujeres durante su vida laboral y jubilación”, elaborado por el Gabinete de Estudios de USO, con datos nacionales y autonómicos.

Estas diferencia laborales, tanto salariales como de tipo de contratación responden a estructural sociales y laborales  maduras. La falta de dinamismo económico junto al progresivo envejecimiento de nuestra región lastran las posibilidades de desarrollo de la mujer. Los nuevos sectores económicos que se van abriendo camino, y en el cual la presencia femenina tiene mayor impronta, no se implantan en aquellas regiones como la nuestra. Cantabria necesita un cambio cultural que tiene que darse desde la formación, potenciando la libre elección, sin teledirigir hacia las tradicionalmente profesiones ‘feminizadas’ que están peor remuneradas.

Jubilación 

Las mujeres de Cantabria también sufren una de las mayores brechas de género en cuanto a rentas salariales de jubilación. La media de la pensión por jubilación de un varón cántabro se sitúa actualmente en 1.412,65 euros frente a los 863 euros de la mujer, es decir, casi un  40% menor, la cuarta brecha más alta de España. En el apartado de pensiones por incapacidad, el hombre suma una media de 1.085 euros y la mujer 886 euros. 

Brechas en todas las variables y en todo el país

Mirando estadísticas a nivel nacional, hay otros factores que inciden en las brechas de género: un total de 2 millones de mujeres padecen una jornada parcial, que es la hora peor retribuida, a 10,29 euros, frente a los 16,10 euros de la media que percibe un hombre a jornada completa. Así, no es difícil imaginarse las estadísticas de salarios, con un 63,86% de mujeres con lo que se considera una ‘ganancia baja’ (menos de 13.220 euros). El 70% de quienes cobran menos del SMI son mujeres; sin embargo, cuando nos vamos a los sueldos más altos, de ocho veces el SMI, tres de cada cuatro perceptores son hombres.

Con respecto a las pensiones, una última discriminación ha incidido en que las de las mujeres sean más bajas de media: el alto índice de parcialidad. Por eso, hemos recibido con amplia satisfacción la inconstitucionalidad del cálculo de las pensiones para esas jornadas parciales, que discriminaban doblemente a la mujer: por cotizar menos horas y porque, además, esas horas computaban menos en la base reguladora de la pensión. Ese cambio es una demanda histórica de USO, y ahora toca una ejecución inmediata de la sentencia y establecer un baremo justo sobre la retroactividad del cálculo.

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