El mapa laboral del trimestre veraniego en Cantabria refleja el cada vez mayor impacto del sector servicios en la economía de la región. Mientras la industria aumenta el desempleo con relación a la última entrega de la EPA de mes de junio, el tirón de la hostelería, y en menor medida el comercio, aumenta un 35% las personas que encontraron empleo con respecto al trimestre anterior.
El empleo en Cantabria dibuja durante el año dientes de sierra y cada temporada con ángulos más agudos. Es decir, empleo cada vez más ligado a la temporalidad y por tanto menos estable.
El síntoma evidente de que el mercado laboral y la economía de Cantabria tienen problemas estructurales es la disminución progresiva de la tasa de actividad (55,10%), un 3,63% más baja que la media nacional. Durante el último año hemos cedido con respecto al conjunto de autonomías un 0,6% de tasa de actividad, acelerando la tendencia negativa.
Otro hecho preocupante es que quien se retira del mercado laboral son mayoritariamente mujeres, un 2% en el último año. Por tanto el mercado laboral tiende a responder más a modelos laborales del pasado y eso ralentizará el crecimiento económico y el modelo social de igualdad que se pretende.
Por todo ello, y considerando positivo que varios miles de cántabros hayan podido encontrar un empleo temporal durante el verano, la EPA del III trimestre significa el fin de fiesta de una autonomía que de seguir este camino debe colocar en su estandarte una sombrilla y un balón playero como elementos distintivos de su fortaleza.