Cantabria ha sido la región que más empleo ha destruido en septiembre, 4 puntos más que la media del Estado, indicativo fiel de hacía dónde se dirige la economía y el tipo de empleo que genera: contratación eventual, con alta precariedad y bajos salarios es la oferta que ofrece Cantabria a quiénes opten por no buscar nuevos horizontes más solventes.
El incremento de la dependencia del sector turístico en la cuenta de resultados económicos regionales y por tanto del empleo, nos deja estampas como la actual. Al retroceder los sectores industriales y ganaderos que han dado estabilidad históricamente a Cantabria, aumenta el efecto de montaña rusa en las cifras de empleo por la lógica estacional del sol y playa.
Lo positivo es que algún sector parece que empieza a salir del letargo y está generando empleo de manera más estable, en este caso la construcción.
Cantabria sigue comportándose de manera menos dinámica que el resto del Estado y sin lugar a dudas es una región con problemas estructurales sin resolver y con una falta de pragmatismo económico que urge abordar.