Para el departamento de Riesgos Laborales de USO Cantabria esto se debe a los cambios en la normativa laboral y la inestabilidad  en el empleo

Según datos del Instituto Cántabro de Estadística (ICANE), nuestra región registró el año 2014 un total de 5.376 accidentes con baja, de los que 52 han sido graves y 10 mortales.

Estos datos suponen con respecto a 2013 un incremento de un 8,4% en el número total de accidentes con baja, superando con ello el 5,1% de incremento interanual que también se produjo en todo el territorio español donde aumentó en todos los sectores agrario, industria, construcción y servicios.

El mayor número de lesiones sufridas por los trabajadores, – aún cuando se debe poner en relación con el aumento de 2,51 % en el número de afiliados a la Seguridad Social, al finalizar 2014 – sumaron un total de 194.766 frente a los 189.991 contabilizados en 2013. Estos datos del INE ponen de manifiesto un déficit de resultados en prevención de riesgos laborales.

Estas cifras  son motivo de reflexión y preocupación pero también deben serlo de acción y cambio hacia una mejor perspectiva de futuro. Desde el sindicato U.S.O. se señalan como principales motivos de estas cifras negativas de siniestralidad, las modificaciones en la normativa laboral que se han producido en los últimos años y que han supuesto la posibilidad de que empresas de trabajo temporal puedan ceder trabajadores en   actividades de especial peligrosidad como construcción, minería a cielo abierto o trabajos con explosivos, el aumento de los contratos precarios o la disminución de la calidad de la formación preventiva en las empresas.

A estos factores se une el problema de la inestabilidad laboral crónica, y la disminución palpable en la inversión empresarial destinada a  medidas de Prevención de Riesgos, aun cuando se constata que siempre es mayor el gasto humano y económico de la NO PREVENCIÓN. En la Reforma Laboral, además, se disminuye el índice de absentismo del 5% al 2,5% como causa de despido objetivo, facilitando el despido de los trabajadores y trabajadoras que  hayan estado de baja, dando lugar a un fenómeno de infracomunicación de los accidentes o enfermedades en el que los trabajadores ocultan sus dolencias.

 

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