Santander 8 de agosto de 2025.- En el Día Internacional de la Juventud, desde USO Cantabria alzamos la voz para visibilizar una realidad que cada año se hace más insostenible: la juventud española sigue siendo líder europea en desempleo, temporalidad y abandono escolar. Una jornada que, lejos de celebraciones, exige una profunda reflexión y un compromiso firme con los más de 8 millones de jóvenes que hoy viven en nuestro país.

La emancipación se retrasa hasta los 30 años, y cuando se alcanza, supone destinar hasta el 90 % del salario a una vivienda —principalmente en régimen de alquiler compartido—. A ello se suma un mercado laboral que penaliza especialmente a los jóvenes, quienes siguen encabezando las tasas de paro juvenil en toda la UE. La temporalidad, además, alcanza niveles alarmantes: un 40,4 % frente al 14,4 % de media comunitaria.

En un país envejecido como el nuestro, deberíamos cuidar especialmente a nuestra juventud. Sin embargo, el sistema actual no solo la ignora, sino que la maltrata. Este año, bajo el lema “Jóvenes sin filtros”, USO publica su informe anual que profundiza en la situación real de la juventud, lejos de estereotipos y clichés.

El informe revela que 1 de cada 5 jóvenes que quiere trabajar está en paro, y el desempleo femenino juvenil creció casi un 14 % el último año. A pesar de que las mujeres completan más estudios superiores (50,9 % frente al 38,7 % de los hombres), la brecha salarial ya se hace presente en los primeros años de vida laboral: cobran un 13,2 % menos.

Además, la educación tampoco garantiza estabilidad. Uno de cada tres jóvenes con estudios superiores está desempleado: el paro en este colectivo ha subido más de dos puntos hasta alcanzar el 31,3 %.

Ser joven ya es un reto, pero ser joven y mujer, o pertenecer a un colectivo vulnerable —como personas con discapacidad o migrantes—, supone enfrentarse a una precariedad aún más intensa. España, con un 13 % de abandono escolar, está todavía lejos de la media europea (9,3 %), y la desigualdad en el acceso al empleo persiste a pesar del nivel formativo.

Desde USO exigimos reforzar el Ministerio de Juventud e Infancia, dotándolo de competencias reales para aplicar políticas transversales y eficaces. Sin reformas estructurales —como una reforma laboral profunda o políticas de vivienda accesibles—, nuestros jóvenes seguirán siendo mano de obra barata o directamente excluidos del mercado laboral.

El contrato de fijo discontinuo, cada vez más habitual, se ha convertido en una forma encubierta de parcialidad y afecta de forma desproporcionada a la juventud. Además, la falta de un Estatuto de las Personas Becarias impide garantizar derechos a miles de jóvenes que, tras formarse, acaban trabajando sin remuneración ni protección laboral.

USO reclama un plan de acción integral contra el abandono escolar, estrategias efectivas de inserción laboral, políticas de igualdad que garanticen el mismo salario para el mismo trabajo, y medidas reales para permitir a la juventud acceder a una vivienda sin hipotecar su vida.

Este 12 de agosto, no celebramos, reivindicamos. Porque una sociedad que deja atrás a su juventud, está hipotecando su propio futuro.

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