El paro sitúa a Cantabria  en la quinta peor región en términos desestacionalizados

Santander a 3 de junio de 2024.- Un mayo anodino en términos de empleo. El mes previo a la cita del verano deja un mercado laboral donde una vez más el sector servicios es el protagonista. La eliminación de las listas de parados de 886 trabajadores, en parecidos términos al año anterior, responde a los flujos estacionales sin que se descubra en la maraña de datos aportados por el SEPE algún signo de recuperación real. Cantabria, en términos desestacionalizados, es la quinta región con peores resultados en el último año.

Seguimos creando empleo estacional, precario y de bajo valor. Así lo refleja el análisis de la contratación. Para una rebaja de 886 parados se ha necesitado realizar  un total de 15.115 contratos, de ellos 4.415 indefinidos, que se traduce en que nuestra región para sacar a un parado de la listas de desempleo hay que hacer 5 contratos fijos. Todo un despropósito que no deja duda de la calidad de nuestro mercado laboral. ¿Cómo es posible que, realizándose esta cantidad de contrato no disminuya notablemente el número de parados? Se están produciendo en la práctica tantas rescisiones de contratos como altas de producen. Se mantiene una alta rotación en el empleo. ¿Cuánto han durado estos contratos indefinidos?: tenemos “contratos cerilla” que se consumen en muy poco tiempo.

Según el SEPE, Cantabria cerró mayo con 30.602 parados pero no están  contabilizados en el total de parados los demandantes de empleo con relación laboral (en los que se incluyen fijos discontinuos inactivos) que un mes más no se desglosan por parte del ministerio de la Vicepresidenta Yolanda Díaz y que están incluidos en los demandantes de empleo ocupados (aunque estén inactivos, es decir parados). Cantabria cerró mayo con 4.674 fijos discontinuos y 2.222 demandantes de empleo con condiciones especiales. Se puede decir que nuestro paro real se acerca a más de 37.000 personas, un 19% más de lo reconocido  por los organismos gubernamentales.

La valoración de USO no es en absoluto positiva. La turismo-dependencia se agudiza año tras año y nos aleja de unos niveles de calidad que sí nos ha aportado otros sectores, ahora en retroceso.  Es imprescindible centrar los esfuerzos en los sectores de alto valor añadido.

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