El gravamen a las emisiones de CO2 se ha multiplicado por 7 en dos años en la UE y amenaza el futuro de la planta cántabra.

La falta de decisión sobre el  futuro de la transición energética en  la planta de Barreda del Grupo Solvay, está colocando a la fábrica cántabra en una  posición cada día más difícil. La pérdida de competitividad en el difícil mercado del carbonato es paulatina y este año se ha incrementado el coste de producción en 20 millones de euros.

Detrás de los importantes incrementos de los gastos de  producción se encuentra el imparable aumento de los gravámenes a la emisión de CO2 que en agosto pasado cerró a 21.03 €/Tm. En el año 2016 estaba situado en 3€/Tm, en el 17 ascendió a 5€/Tm.  Solvay Barreda emite anualmente más de 1,1 millones de toneladas de CO2 a la atmosfera producidos fundamentalmente  por la quema de carbón de importación como combustible principal para la generación de electricidad y vapor. A esto hay que sumar el aumento del precio del carbón que ha llevado a que la energía llegue a los 74,54€ MWh.

Lejos de estabilizarse el costo de la energía producida por carbón, el horizonte es aún más complejo. El precio de la emisión de CO2 continua en ascenso. Las autoridades europeas prevén este mismo otoño  rebajar de los 900-100 gramos de CO2/KWh a 550 gramos CO2/KWh  para poder recibir ayudad públicas.

Estudios técnicos no refutados contemplan que  una vez que alcance la barrera de los 25€ el gravamen a la tonelada de CO2 ello supondría la expulsión del carbón del sistema de producción de energía en territorio europeo.

La indecisión de la dirección belga arrastrará, en el mejor de los casos, a una factura millonaria  si optan por la construcción de una nueva planta de generación sostenible dado los plazos de ejecución. En el peor de los casos, caso de no abordarse con seriedad y perspectiva de futuro, asumiendo sólo medidas paliativas, será la viabilidad del complejo industrial  la que quedará seriamente cuestionada y con ello los más de 1.296 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos en la comarca del Besaya.

USO, consciente de la gravedad de la situación reclama tanto al Gobierno de Cantabria como a los diferentes agentes sociales y económicos que insten al Grupo Solvay a clarificar con urgencia los planes a corto y medio plazo para la planta de Barreda.

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