Un estudio de USO revela que Cantabria se encuentra entre las regiones españolas donde existe más brecha salarial entre hombres y mujeres

 La mujer cántabra  es una de  las que menos renta salarial media  recibe por su trabajo. Las cántabras han ingresado de media anual 18.216 euros, solo 856 euros más que las extremeñas, que ocupan el vagón de cola. Estos datos, arrojados por un análisis realizado por el Gabinete de Estudios de USO, y basados en  la  última encuesta de estructura salarial del INE, dejan en evidencia las políticas de igualdad aplicadas  en nuestra región.

El actual modelo productivo cántabro provoca asimismo que la región se sitúe también en los puestos de cabeza de brecha salarial entre hombres y mujeres. Concretamente Cantabria se sitúa en el tercer lugar de entre las 17 autonomías en este ranking de la desigualdad. Los hombres cántabros han recibido una renta media de 25.210 euros durante el último año registrado por el INE, un 27% más que las mujeres. La brecha salarial regional entre hombres y mujeres se eleva 5 puntos más que la media nacional, que quedó registrada en el 22%.

Las desigualdades salariales entre sexos  son más acusadas dependiendo del sector económico al que se pertenezca. La industria regional muestra una brecha salarial del 16%. Las mujeres ingresaron de renta salarial media 23.999 euros, por 28.685 euros los hombres. La brecha se ensancha de manera considerable en el sector más en auge en Cantabria, el de servicios. En este sector, los hombres obtuvieron de renta salarial media 24.147 euros por 17.723 euros las mujeres, un 26% de diferencia salarial.

Las desigualdades entre los dos sexos se hacen abrumadoras cuando se realiza la comparativa por tipo de contrato. Entre los trabajadores con contratos indefinidos la brecha salarial se eleva al 27%, pero si se hace la comparativa entre el colectivo de personas que mantienen una contrato precario, la brecha salarial entre hombres y mujeres se dispara al 43%. Concretamente el salario medio anual de los varones cántabros  con contrato temporal ascendió a 17.925 euros frente a los 9.792 euros de las mujeres.

Por edades, las desigualdades salariales en Cantabria entre los diferentes sexos es más acusada en la franja de edad de los 45-54 años, que se eleva al 29,7% a favor de los hombres. La menor diferencia, aunque igualmente abultada, se sitúa entre las mujeres  mayores de 55 años que presentan un 22% de salarios más bajos que sus compañeros varones. Las mujeres más jóvenes presentan una brecha salarial del 24% respecto a los hombres de su misma franja de edad.

La crisis económica ha tenido muchas consecuencias para el empleo y el nivel salarial pero también para la desigualdad entre hombres y mujeres. La brecha salarial creció en Cantabria durante los últimos diez años un 3,2%, casi 2 puntos más que en la media española.

Algunas de las conclusiones que el estudio aflora es que la diferencia salarial se agudiza en las regiones donde retrocede el sector industrial. Las mujeres están mayoritariamente en los salarios menores  y estos se encuentran en el sector servicios principalmente. Precisamente por el que parece apostar nuestra región.

Las desigualdades se manifiestan también en función del tipo de jornada. Las jornadas parciales se incrementan en mayor medida para las mujeres, extendiéndose las bolsas de pobreza más allá de los inscritos al desempleo,  alcanzando cada día más a quien las estadísticas refleja como afortunado poseedor de un contrato laboral. Un ejemplo claro y de máxima actualidad es el extremadamente precarizado sector de la limpieza en Cantabria.

Es necesario aborda, tanto en la negociación colectiva como en las políticas de igualdad,  la erradicación de estas bochornosas discriminaciones, con acciones que fomenten el acceso, la promoción, la formación, mejoras en la retribución salarial y medidas de conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores y trabajadoras.

 

 

 

 

 

Artículo anteriorDemagogia y oportunismo a la hora de hablar de la Enseñanza Concertada y los incrementos salariales de los Presupuestos Generales
Artículo siguienteRetroceder la educación una década