El paro vuelve a reducirse en el mes que abre las puertas al periodo estival. Cantabria camina por su senda de creación de empleo basada en su modelo productivo ligado al sector servicios y el turismo. Es decir, empleo afecto a la temporalidad y de muy  bajo nivel salarial. Las cifras de mayo suma el empleo ligado a las iniciativas singulares de empleo en las entidades locales que maquilla y hace el caldo gordo de la creación de empleo en los finales de la primavera y que sirve de escenario de cartón piedra para la autocomplacencia del Gobierno regional de turno.

Las cifras que deja mayo en Cantabria son de mayor precariedad con respecto a la media española. Mientras la recuperación económica lleva al Estado a crecer un 5,49% los contratos indefinidos, en nuestra región se estanca con un 0.06%. Es decir, nuestro crecimiento es menos estable y sacamos menos provecho de la coyuntura económica.

 No podemos estar satisfechos ni con la cantidad de empleo creado, al estar dopadas las cifras con programas de empleo subvencionado, ni con la calidad de los mismos. Crecemos con pies de barro.

Cantabria necesita un impulso económico,  y en el horizonte solo se vislumbra el impacto de la obra pública y que a fecha de hoy, con los últimos acontecimientos,  aparecen muchas dudas sobre su futuro. Entretanto, fiamos todo a un buen verano meteorológico.

 

 

 

 

 

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