El primer trimestre de la encuesta de población activa en Cantabria deja una foto trampa. Por un lado Cantabria presenta unas buenas cifras de empleabilidad en términos interanuales dentro del contexto nacional pero hay aspectos que oscurecen esos logros. Durante el primer trimestre Cantabria presenta una tasa de actividad similar al peor momento de la crisis económica. Por sexos, el hombre cántabro arroja la tasa de actividad más baja de toda la serie histórica. Otro dato  sintomático y muy preocupante que arroja la EPA del primer trimestre es el declive del empleo en el sector industrial con un incremento del paro interanual del 40%.

De manera machacona, las diversas oleadas de datos relacionadas con la actividad económica y el empleo dibujan una región menos industrial, con un sector ganadero que se está convirtiendo ya en una anécdota  y con todos los huevos colocados en la cesta del sector servicios como consecuencia del empuje del turismo

Ganar la batalla a la crisis no es en este momento generar empleo precario y mal pagado. Una región que por simple inacción o premeditadamente apuesta  por el turismo y pierde su tejido productivo tendrá una sociedad  desequilibrada, injusta, polarizada. Y lo que es más importante por nuestras características geográficas, insostenible.

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